La cuidada decoración, esmerado servicio y respeto por el entorno y la historia de la edificación, le permitirán encontrarse igual de cómodos en el privilegado entorno natural como en las instalaciones que ponemos a su disposición. Contamos con diez amplias y comodas habitaciones, con ascensor, teléfono, televisión, calefacción, baños completos y vistas a la ría. Tres de ellas disponen de grandes terrazas.

El complejo está formado por hotel y restaurante, abierto a todo el público. El restaurante cuenta con una terraza exterior, y el hotel con un salón-cafetería. Está dentro de una amplia finca amurallada, de una hectárea de extensión. La mayor parte ajardinada.

Poseemos varias piezas originales de la casa, típicas de nuestra cultura y que forman parte de la decoración, tanto en el hotel en el restaurante.

En los exteriores encontramos tres horreos (uno de los cuales fué palomar en sus tiempos). Una fuente sin agua, un carro de vacas, un viñedo rodeado de barriles con asientos para resguardarnos del sol. Un mirador con una mesa de piedra y sus banco de hierro forjado de los cuales podemos contemplar las mas hermosas puestas de sol. Numerosas mesas y asientos distribuidos por la finca para contemplar el mar desde todas sus perspectivas.

Las más originales macetas (bañeras de mármol, apeaderos de los animales, etc) sembradas de multitud de plantas de todos los colores. Existen vidrieras de colores que se utilizaron para decorar el hotel.